La Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, llamado de las Aguas, Santísima Virgen de los Dolores, San Juan y la Verónica, de Úbeda, fue oficialmente fundada el 13 de marzo de 1577, aunque existen indicios consolidados de que sus orígenes son mucho más remotos. De hecho, recientes teorías vinculan a la Cofradía con la presencia de los templarios en la ciudad y con las procesiones de disciplinantes de carácter medieval, defendiendo el carácter medieval de muchos de los símbolos que aún siguen estando presentes en la procesión de Jesús Nazareno el Viernes Santo por la mañana.

En cualquier caso, está suficientemente documentado que desde los primeros años del siglo XV existía en la iglesia de Santo Domingo de Silos una capilla dedicada a Jesús Nazareno, por lo que no resulta descabellado pensar que ya por esas fechas existía cierta organización penitencial en torno a esta advocación. Estos hermanos del Dulcísimo Nombre de Jesús debieron adquirir imagen propia de Jesús con la Cruz al hombro durante el primer tercio del siglo XVI. Imagen de candelero tallada muy posiblemente en la primera mitad del siglo XVI, inspiraba –según las crónicas antiguas– hondo patetismo a cuantos la contemplaban. Se trataba de imagen renacentista con reminiscencias góticas, de contenida expresión dolorosa y de relativa tosquedad en la talla, todo lo cual denota su antigüedad y refuerza la teoría de la existencia de la Cofradía desde los primeros años del siglo XVI. Esta imagen fue destruida en julio de 1936.

Puede afirmarse que desde el primer tercio del siglo XVI la cofradía funcionaba de manera más o menos organizada pues, aún cuando oficialmente es ratificada por el Obispado de Jaén como cofradía en 1577, se conservan actas anteriores a dicha fecha, lo que indica el grado de organización de que ya debía gozar la hermandad. Igualmente hay que considerar que para poder proceder al convenio con los dominicos de San Andrés –punto de arranque oficial de la historia de la Cofradía– los hermanos del Nombre de Dios y los del Santísimo Sacramento, radicados en la parroquia de Santo Domingo, debían gozar de organización previa.

En virtud de esos convenios, en los primeros meses de 1577 pasa a residir la cofradía en el convento de San Andrés, de la Orden de Predicadores. La imagen de Jesús es trasladada hasta la capilla que los dominicos ceden en su convento, en la que los hermanos de Jesús tendrán el derecho de ser enterrados durante siglos.

Durante la visita que realiza al monasterio ubetense entre 1577 y 1578 Fray Domingo Cavalli, Maestre General de los dominicos, concede a la cofradía todos los títulos –incluyendo el de Archicofradía Pontificia– y privilegios apostólicos que los Sumos Pontífices habían concedido a las cofradías del Nombre de Jesús desde el Concilio de Trento. Así consta en los acuerdos que adopta la cofradía el 7 de enero de 1578; igualmente, hay constancia histórica de que durante siglos estuvieron expuestas en la capilla de Jesús en San Andrés tablillas con dichos títulos y privilegios –según recoge un inventario de enero de 1629–.

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