ENTREVISTA A NUESTRO HERMANO DIRECTIVO MIGUEL ÁNGEL LEIVA GÓMEZ, PREVIA A RECIBIR A NUESTRA PATRONA

A pocas de horas de recibir a nuestra patrona la Virgen de Guadalupe, nuestro hermano directivo Miguel Ángel Leiva Gómez, nos abre las puertas a lo que será ese emotivo momento.

 ¿Qué supone el ser el elegido para recibir y despedir a la Chiquitilla del Gavellar en este año tan tan especial?

En primer lugar como cristiano y por supuesto también como ubetense, es un gran honor y un enorme orgullo haber sido designado para recibir y despedir a nuestra patrona, nuestra Virgen de Guadalupe. Al mismo tiempo supone una   extraordinaria responsabilidad hacer de portavoz de todos los sentimientos y emociones que nuestra Chiquitilla del Gavellar suscita entre sus hijos ubetenses y aldeanos. Me gustaría ser capaz de trasmitir a la Virgen todas las peticiones, súplicas y agradecimientos que emanan de nuestros corazones.

Se trata de un año muy especial debido a la terrible pandemia que hemos vivido y que ya casi hemos superado, pero que ha hecho que desde 2019 no podamos disfrutar de ese día tan maravilloso como es el de la romería de nuestra patrona. Seguro que el pueblo de Úbeda y Santa Eulalia se van a volcar más aún con Ella en la romería de este año.

Desde aquí mi agradecimiento y gratitud a la junta directiva de la Real Archicofradía de la Virgen de Guadalupe por haber pensado en mi persona para este honroso cometido.

¿Cómo fue el momento en el que te lo propusieron?

Era la Navidad de 2019-20, concretamente los primeros días de enero. Yo estaba en una habitación del Hospital  S. Juan de la Cruz con mi madre que estaba enferma en aquel momento cuando recibí la llamada de Miguel, el presidente de la Real Archicofradía. Al decirme quién era, lo primero que pensé es que se trataba de algún asunto relacionado con el coro de S. Pablo al que pertenezco, quizás para solicitar nuestra participación en algún acto de la cofradía. Cual fue mi sorpresa cuando me explicó que había sido elegido por la junta directiva de la misma para recibir y despedir a nuestra Madre para ese año 2020. Me quedé perplejo, anonadado y sin saber qué responderle.  Me preguntaba quién era yo para tan honroso encargo, qué currículum tenía y qué experiencia en hacer discursos o pregones en público. Le expliqué mi situación en ese momento y me dijo que le respondiera en unos días.

La primera en saberlo fue mi madre en ese mismo momento y poco después mi mujer. Ambas recibieron la noticia con una gran alegría e igualmente sorprendidas.

Por supuesto, en breve, la respuesta fue un SÍ orgulloso pero al mismo tiempo responsabilizado y temeroso por el mayúsculo compromiso que asumía.

¿Cómo has vivido estos dos años de espera debido a la pandemia?

Decía el bueno de nuestro amigo Juan Antonio Soria en el Pregón de la Romería que pronunció el sábado pasado, al que desde aquí aprovecho para dar mis más sincera enhorabuena, que tenía la sensación de haber perdido éstos dos últimos años de su vida. Creo que es la sensación que tenemos todos. Estos dos años de pandemia han sido tan crueles y amargos que no ha habido opción a pensar en que se podrían retomar nuestras costumbres, nuestras tradiciones y nuestras fiestas, como por ejemplo la Semana Santa o nuestra Romería del 1 de mayo. Por tal motivo, en este sentido he estado bastante tranquilo en cuanto a elaboración del recibimiento a nuestra Madre, si bien es cierto, que las primeras ideas y un incipiente esbozo del mismo ya llevaban tiempo elaborados.

¿Cómo ha cambiado ese niño que iba de la manos de sus padres a sus primeras romerías hasta hoy?

Ha llovido mucho desde entonces… Mis primeros recuerdos romeros se remontan a la casa de mi abuela Paca en Santa Eulalia. Allí era donde toda mi familia materna vivíamos con alegría este día de la romería. Las puertas de su casa siempre estaban abiertas a todos romeros y devotos que por allí pasaban.

Era un día muy especial, un día muy grande para toda la familia que, siendo ubetenses, tenemos raíces aldeanas.

Ya de adolescente vivía la romería en pandillas de amigos y amigas que pasaban un día de campo por los olivares aledaños a la aldea.

Y en la actualidad, la ilusión de aquel niño que dormía en casa de su abuela la noche anterior a la romería sigue intacta. Ahora, vivo la romería como un romero más, con los  nervios y las ganas de que lleguen las 3 de la mañana para hacer ese mágico camino nocturno al encuentro de nuestra Madre acompañado de grandes amigos. Intento  compartir con el resto de portadores el bendito cansancio que supone llevar sobre los hombros el peso de nuestra Virgencita desde el Santuario hasta la Basílica de Santa María. Desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a la participación y a la colaboración  de los fieles, romeros y devotos para portar a nuestra madre, especialmente desde su llegada a nuestra ciudad hasta Sta. María, ya que en este último tramo las fuerzas flaquean y somos pocos los portadores que vamos quedando al finalizar la jornada.

En Santa Eulalia la casa de mi abuela, ahora de mi madre sigue siendo el punto de encuentro de la familia. Y por supuesto también disfruto de esta dichosa jornada con los amigos y romeros, romeros buenos, compartiendo  unas reponedoras migas al llegar de madrugada al Santuario, con el ya clásico pregón de la gachamiga o en torno a una barra de caseta de cofradías de Semana Santa de Úbeda. En los últimos años un buen grupo de trompeteros de nuestra cofradía compartimos juntos muchos de estos momentos de romería.

¿Qué significa la Virgen de Guadalupe en tu día a día?

Decir Virgen de Guadalupe es decir Madre. Y decir Madre es decir comprensión, consuelo, ternura y amor incondicional a sus hijos. Ella es la que intercede por nosotros y la que a buen seguro nos ha estado protegiendo durante todo este oscuro tiempo y dándonos fuerzas y esperanza para salir adelante.

Ella es nuestra guía y referencia en la Fe a su divino hijo, a su Jesús Nazareno.

Desde muy pequeño, especialmente mi abuela y mi madre me han trasmitido la devoción a nuestra patrona y siempre ha estado y está presente en mi vida y en la de  mi familia. Ahora somos mi esposa y yo los encargados de transmitir a nuestros hijos ese devoción. Y lo intentamos con ilusión y viviendo con ellos la alegría del día de la romería.

¿Cuáles serán las líneas claves de tus palabras a la Chiquitilla?

Evidentemente mis palabras estarán marcadas en parte por estos dos años que hemos pasado. Pero, más al contrario, me gustaría  trasmitir la esperanza de ir retomando nuestra forma de ser y de convivir, de abrazarnos y de querernos, que la pandemia no nos ha podido arrebatar. Y al mismo tiempo resaltar la alegría, la luz y el color de este día tan señalado en el calendario de nuestra Úbeda.

Intentaré trasmitir lo que siente un ubetense y un romero en este día tan especial y lo que supone la devoción a  nuestra Madre, destacando los valores de amistad, convivencia y familia que imperan en esta bendita jornada y haciendo también un guiño a mis recuerdos infantiles de la romería.

Y por supuesto todo ello, impregnado de un fuerte sentimiento cristiano y de la devoción y el amor que le profeso a la Virgen de Guadalupe, a la cual intentaré agasajar con mis palabras y darle la bienvenida a nuestra ciudad en nombre de todos los ubetenses.

 

Desde este ríncón de tu cofradía te deseamos lo mejor es, sin duda alguna, estamos seguros que será un recibimiento a la altura de gran cofrade que eres.

Que nuestros Sagrados Titulares ya la Virgen de Guadalupe guíen tus palabras.

Gracias Miguel Ángel.

 

 

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